Nuestra mirada

La labor que realizamos a diario en la escuela, se sostiene en el entendimiento del respeto a la existencia auténtica y el derecho a la expresión fundamental de cada ser humano de quienes conformamos Tzintli Comunidad: niños y adultos.

Nuestros alumnos nos llaman por nuestro nombre, nos tutean, se vinculan con libertad y afecto.

Sin embargo, existe claridad en el rol de cada quien:
alumnos y maestros.

El adulto representa la autoridad, y el alumno puede disfrutar gustoso de ser niño a sabiendas de que hay un adulto responsable y digno que se hace cargo de que las cosas marchen.

Tradición vanguardista

Escuela diferente sostenida en un sinfin de tradiciones

La autorregulación

Conciencia de los efectos de nuestras acciones y empatía

Respeto a la expresión creadora

Derecho a equivocarse y a existir sin miedo

El juego

El juego es el corazón de la actividad

Lo tradicional como sustento de la vanguardia

Escuela diferente sostenida en un sinfin de tradiciones

Un tema interesante en el ámbito educativo es el relacionado con la escuela “tradicional”, la escuela “alternativa” y la escuela “activa”.

Cuando decimos que Tzintli es una escuela diferente, no hacemos referencia a ninguno de estos conceptos. Tzintli es vanguardista en su manera de vivir la colectividad; sostenida en un sinfin de tradiciones, la escuela aboga por la creación de un vínculo humano entre personas y con el mundo.

Sin hacer nada espectacular, nuestra convivencia adquiere un matiz de mucho cariño, de mucho respeto, de libertad y esto facilita los procesos de aprendizaje que se desarrollan en las aulas.

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La autorregulación como eje de una sana ciudadanía

Conciencia de los efectos de nuestras acciones y empatía

En Tzintli apostamos por la autorregulación de la conducta como la mejor manera para aprender a vivir en sociedad, para ejercer una ciudadanía sana y respetuosa.

Más allá de la imposición autoritaria e irracional de normas y del establecimiento de un sistema de vigilancia que obliga a los niños a obedecer frente al maestro, pero que motiva inevitablemente a que estos burlen los límites a sus espaldas, proponemos el ejercicio de la conciencia de sí mismo, del análisis colectivo e individual de la conducta, de los efectos en los otros de nuestras acciones, de la empatía.


En Tzintli aprendemos, niños y adultos, a hacernos cargo de nosotros mismos en cualquier circunstancia.

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Respeto a la expresión creadora

Derecho a equivocarse y a existir sin miedo

El respeto a la expresión es uno de los fundamentos de nuestro proyecto.

Lejos de las manualidades o de la instrucción relacionada con el llamado “arte culto”, la expresión creadora se manifiesta en la generación de propuestas, de ideas diferentes, del derecho a equivocarse, de la posibilidad de reinventarse, de empezar de nuevo; es el surgimiento de universos donde habitan elefantes amarillos, árboles morados, abuelitas que conducen deportivos.

Es saber que ser yo está bien y que puedo existir sin tanto miedo.

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El privilegio de jugar

El juego es el corazón de la actividad

En el preescolar de Tzintli el juego es el corazón de la actividad: juguetes, disfraces, sonrisas, ideas, diálogo, correteadas, árboles, conflictos que se han de resolver, conversaciones que se prolongan, intentos de una socialización que se construye todos los días con todas las vicisitudes que implica.

El juego libre entre pares es sustituido en casa por el juego ameno con un adulto condescendiente, y en Tzintli abrimos las puertas al juego como uno de los aspectos más relevantes para el desarrollo pleno y disfrute de la infancia.

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